Luego —y quizá por intercesión divina—, el doctor Hernández fue creciendo en sus otras pasiones como el bienquerencia a Dios por encima de todas las cosas; por su tribu, una humilde y sencilla que forjaron sus padres campesinos llegados de la Barinas rural a un Isnotú aún herido por la pobreza.Il 28 giugno 1888 Hernández conseguì la laur